domingo, 25 de noviembre de 2012

“El MAR DC de Walker y los suyos"


La votación de la Ley de Pesca del jueves 23 de noviembre del 2012, ha sido un espaldarazo a la ciudadanía por parte de los parlamentarios que votaron a favor de la ley, pero principalmente a los pescadores artesanales que quedan totalmente desprotegidos antes las grandes mafias pesqueras, las cuales podrán hacer uso de un recurso que supuestamente nos corresponde a todos los Chilenos, el mar.

La indignación surge cuando Senadores DC deciden votar a favor de la vilipendiada Ley Longueira, con indicaciones y todo, pero votando a favor de entregar nuestros recursos a un grupo selecto de familias, dejando a la deriva el bien común, pero ante todo los propios principios y valores, que dicen representar.

Es así como nace la siguiente interrogante ¿Qué dirían nuestros fundadores al ver macabro espectáculo de nuestros “camaradas”? Radomiro Tomic en una de sus brillantes intervenciones dijo “Cuando se pacta con la derecha, es la derecha la que gana”, hoy más que nunca nos hace sentido, nuestros parlamentarios, no están a la altura de ser representantes de una ciudadanía que demanda algo y ellos votan lo contrario, no están a la altura de ser llamados “camaradas” cuando no respetan el mandato soberano de la Junta Nacional donde se planteo que estamos en contra de la Ley de Pesca, es más ¿Como podemos plantearnos como un partido serio si el propio Presidente Nacional cae en el juego de la derecha? Cuando se eligió la actual mesa directiva el slogan era MAR DC, parece chiste de mal gusto, lo que hoy vemos “El MAR DC de Walker y los suyos”, donde Senadores que han realizado un gran trabajo, en esta ocasión votaron a favor de unos pocos, ALVEAR, FREI, PIZARRO, en cambio otros senadores como SABAG, ZALDIVAR, WALKER no tuvieron problemas en articularse con la derecha, pues no es novedad que sientan cercanías con ellos.

Hoy vengo a decir que somos los militantes de base que hacemos esfuerzos enormes por mantener vivo el partido en nuestras comunas, quienes debemos poner la cara ante las personas, recibiendo todo tipo de insultos que refieren a nuestro acuerdo con la derecha, mientras nuestros parlamentarios hacen oídos sordos a las bases y las demandas sociales. ¿Esto es realmente lo que queremos de nuestros dirigentes, camaradas? NO, con situaciones como esta el nombre de nuestro partido es puesto en tela de juicio por la ciudadanía, y con justa razón, esta es una  de las razones por la que la gente se aleja de la política, aumentando la apatía, la desesperanza.

¿Esto es realmente lo que queremos de nuestros dirigentes, camaradas? NO, con situaciones como esta el nombre de nuestro partido es puesto en tela de juicio por la ciudadanía, y con justa razón, esta es una  de las razones por la que la gente se aleja de la política, aumentando la apatía, la desesperanza.

Es hora de alzar la voz y decirles que no estamos para sus juegos de poder, considerando que, de seguro muchos de estos se acercarán a pedirnos ayuda para sus postulaciones al Senado el próximo año, pero ¿Estaremos disponibles para apoyar: 1. A los mismos de siempre, 2. A quienes no escuchan a los ciudadanos 3. A quienes no respetan la estructura partidaria y los acuerdos del V Congreso programático. Mi respuesta es clara, “por ningún motivo”, y es por esto, que debemos ser capaces de levantar nuevas opciones que representen el sentir de la gente y sean Humanistas Cristianos por convicción y coherentes en el actual político.

Así como criticó, también valoró la consecuencia de los nuestros, me refiero a Mariano Ruiz-Esquide y Ximena Rincón, que tuvieron el coraje de decir NO ante el negocio redondo de la industria pesquera, ellos representan lo que realmente queremos, autoridades que piensen en bien común.

Por @FelipeCubillosL

sábado, 23 de junio de 2012

Discurso de la Senadora Ximena Rincón en la Junta Nacional de la DC


Hoy me presento frente a esta Junta Nacional del Partido Demócrata Cristiano llena de orgullo y de sueños. Ustedes bien saben, tengo el tremendo honor de ser senadora y precandidata a la Presidencia de la República; pero no vengo como tal a apelar a las voluntades de los delegados de esta Junta Nacional.
Me presento frente a ustedes, camaradas, como militante de la Democracia Cristiana!
Porque no estamos aquí reunidos para definir si nuestra próxima candidatura presidencial es la de tal o cual camarada, o si nos conviene o no tal o cual forma de elegir el candidato de nuestra coalición política.
No. Estamos aquí y ahora, ante una coyuntura histórica de profunda trascendencia para el Partido. ¡El pueblo chileno nos interpela!
Nos interpela en el espacio de las ideas. Nos exige visión y proyecto. No debemos invitar a soñar lo que podemos construir sino a construir lo que podemos soñar. Nos preguntan por qué debemos votar por un o una demócrata cristiana en estas elecciones municipales y por qué debemos entregarles nuevamente el liderazgo del país. Nos dicen si ustedes no se unen, no nos pidan que nos unamos detrás de ustedes.
Por eso camaradas, esta Junta Nacional tiene que ser la Junta de unidad para ganar las elecciones municipales y derrotar a la Derecha; y la Junta para hacer frente al desafío de redefinir un nuevo Norte para el Partido para Ganar el Futuro, como lo anunciamos en nuestro pasado Congreso Ideológico.
Este futuro se sostiene en bases sólidas. Hemos construido un mejor país durante las dos últimas décadas: trabajamos por transitar de la Dictadura a la Democracia; consolidar sus instituciones, y superar la pobreza. Eran objetivos necesarios. Y trabajamos duro detrás de nuestros camaradas Aylwin y Frei, y de nuestros compañeros Lagos y Bachelet, para lograr esos objetivos. ¡Y fuimos exitosos! Gracias a todo lo que hicimos, hoy Chile puede mirar el desarrollo como algo alcanzable.
¿Pero qué nos falta? No hay que ir muy lejos para obtener una respuesta: son los chilenos y chilenas los que nos exigen un nuevo rumbo. Son los estudiantes en las calles, los deudores habitacionales o de crédito con aval del Estado, los abusados por La Polar, los niños de “La Greda”, los Magallánicos y los Ayseninos en su lucha, y tantos otros, los que nos demandan un renovado gran objetivo: ¡la justicia social!
¡Y este no es un objetivo ajeno a la Democracia Cristiana!
La Democracia Cristiana nació, creció y aún existe, por y para la construcción de una sociedad justa. Una sociedad en que todos somos iguales en dignidad y derechos; una sociedad donde las personas son libres, pero donde esta libertad se ejerce con responsabilidad ¡con los que viven ahora y con las generaciones futuras!; una sociedad donde las personas piensan y actúan solidariamente, y no meramente por su provecho individual; una sociedad donde todos somos necesarios para el lograr el Bien Común. ¡Construir una sociedad justa es un imperativo ético para la Democracia Cristiana!
He militado en la Democracia Cristiana prácticamente toda mi vida, y he tenido la alegría y el honor de servir al partido y a mi país como dirigenta secundaria y universitaria, luego como autoridad de Gobierno y ahora como Senadora de la República. Estoy orgullosa de toda nuestra historia y también me hago cargo de nuestras deudas. Pero, por sobretodo, estoy ciento por ciento segura de que mis camaradas y yo, compartimos una misma certeza: el sentido ético de la política está en la esencia de nuestras convicciones. De este sentido ético hemos dado las más duras luchas contra la adversidad; desde este sentido profundo del deber ético de la Democracia Cristiana, luchamos contra la ignominia de la dictadura pinochetista, y salimos adelante con la frente en alto.
Pero es cierto, hemos perdido la confianza de miles de chilenos y chilenas que en el pasado creyeron en nosotros. ¡Un millón de votos! han dicho algunos, quizás centrados meramente en resultados electorales…Pero es más importante que eso!
Cuando ganamos la mayor fe, confianza y cariño de nuestro pueblo, fue cuando supimos levantar nuestra voz fuerte y clara: ¡Esto es lo que vamos a hacer! … y por eso nos elegían. Dijimos “le devolveremos la tierra a los que la trabajan, porque es lo justo”, y creyeron en nosotros; dijimos “promoveremos las organizaciones sociales, la sindicalización, empoderaremos a los trabajadores” y los chilenos y chilenas nos apoyaron como nunca antes apoyaron a partido alguno! Y se sumaron a la Revolución en Libertad! Porque la Democracia Cristiana nació para transformar el país, no para conservar lo existente.
Para conservadurismo está la derecha y su gobierno insuficiente. Un gobierno de micro reformas, de pequeños perfeccionamientos. Que cree que con un ajustito acá y otro allá podrán mantener la sociedad de privilegios. Una derecha que quiere la inamovilidad social, porque desean que las elites sean siempre las mismas. No quieren terminar con la segregación social y territorial de nuestras ciudades porque se sienten amenazados por los pobres. No quieren terminar con la desigualdad, porque tendrían que entregar poder y redistribuir la riqueza altamente concentrada. Una derecha que no entiende lo que está pasando en Chile y que si lo comprendiera no haría nada.
Pero saben qué. El verdadero peligro es que nosotros creamos que con mínimos ajustes volveremos a retomar el liderazgo y ganarnos la confianza de los chilenos y chilenas.
Chile nos dice: No basta con los ajustes tributarios, tampoco con los arreglos constitucionales, menos con remendar las políticas sociales y las políticas económicas.
Chile nos dice: Llegó un nuevo tiempo. Se agotó un ciclo y, por tanto, llegó la hora de las reformas en serio y profundas. Las reformas para construir un nuevo Chile. Ello no es fácil, exige una convicción profunda, honesta y sostenida. Soledad discúlpanos por no haber defendido con suficiente fuerza tu liderazgo frente a quienes te atacaban, mientras viraban silenciosamente a la derecha.
El Chile que hemos logrado
Definir un nuevo Norte, no debe entenderse como un borrón y cuenta nueva; al contrario, reivindicando aquello que hemos hecho bien, nuestro deber es corregir el rumbo en aquello en que nos hemos equivocado o en lo que hemos sido demasiado timoratos para llevarlo adelante
Cuando ingresé a la DC, siendo una adolescente, Chile vivía bajo la sombra de la Dictadura. Ahora, veo hacia atrás y doy gracias por todas las transformaciones que he visto en mi patria desde aquellos días de oscuridad. Como democratacristiana, siento orgullo de haber sido parte de la lucha por volver a la democracia; que en ese tiempo les tocó liderar a grandes figuras de nuestro partido, como Gabriel Valdés, Andrés Zaldívar, Máximo Pacheco y Patricio Aylwin; a nuestros líderes sindicales, como Manuel Bustos y María Rozas, y dirigentes estudiantiles como Yerko Ljubetic o Germán Quintana y tantos otros que encabezaron la vuelta de la alegría a Chile.
De vuelta a la democracia, la consolidación de las instituciones y la derrota de la pobreza fueron el centro de nuestros objetivos.
Camaradas, fuimos parte y líderes de los mejores 20 años de desarrollo de nuestro país, y la primera década la encabezamos con dos estadistas como los Presidentes Aylwin y Frei. No obstante, no podemos descansar en construir una patria mejor, más justa, con más oportunidades, con chilenos más felices.
Camaradas los invito a construir mundos a los que otros quieren pertenecer. Los invito a recuperar el liderazgo.
Es tiempo de atrevernos
Es tiempo de atrevernos en la forma y en el fondo. Atrevernos a decirnos las cosas de frente, a no mandarnos recados o como se dice elegantemente …señales . A hacer lo que decimos en privado con cariño, con respeto y con fraternidad.
Es tiempo de atrevernos de verdad a actuar y pensar en red. Las tecnologías no están para decir donde estamos o seguir discurseando en 140 caracteres…están para escuchar, para recibir y para actuar.
Es tiempo de Atrevernos a plantear sin ambigüedades:
  • Un país top ten en términos de desarrollo humano; debemos pasar de estar entre los últimos 15 países en la lista de la igualdad, a los primeros 10 lugares.
  • Un país líder en educación integrada, de calidad, de grandes aportes para el desarrollo. Un país donde ninguna madre o padre deba angustiarse a fin de mes por “pagar la educación de su hijo para que tenga un futuro mejor”, sino que le otorgue las oportunidades a todas las personas para que sean un aporte al desarrollo social, independiente de la riqueza de sus padres.
  • Un país donde la esperanza de vida llegue a los 85 años, sin diferencias entre Vitacura, Parral o Lota, y donde la atención de salud sea tan digna, de calidad y sin esperas tanto para el gerente de una empresa como para el administrativo.
  • Un país que cuida y protege a la tercera edad.
  • Un país que no dilapida sus recursos naturales, y los utiliza para un desarrollo sostenible de su sociedad. Un país líder en energías limpias, que aprovecha sus ventajas competitivas con fuentes renovables y que exporta productos bajos en emisiones de carbono, que se diferencian en sus mercados internacionales por la limpieza de su país. Un país que no entrega el litio como lo hizo con el salitre.
  • Un país que cree en los jóvenes, que invierte en su educación, en su emprendimiento, en el desarrollo de sus sueños.
  • Un país líder en deportes y en jóvenes de vida sana.
El país que soñamos no los vamos a lograr en pocos años; pero si queremos liderar los próximos 20 años de transformaciones, como Democracia Cristiana y también como Concertación debemos hoy plantear nuestros objetivos para las próximas elecciones municipales y para los próximos 4 años de gobierno.
Por ello, quiero compartir ante esta Junta cuáles son los temas que creo debemos plantear como Democracia Cristiana para un próximo Gobierno. Planteo estas ideas como una base para la discusión partidaria y social. Necesaria para sintonizar en nuestro recorrido por Chile en estas elecciones municipales.
No queremos un Programa hecho entre cuatro paredes. La ciudadanía clama por participar, por abrir las ventanas, dejar los debates de tecnócratas y entrar al debate de las necesidades y los deseos. No impongamos un “Programa de economistas”, la “economía” no es la “política”, la economía debe estar al servicio de la política, esa política que es interpretar el sueño de nuestras comunidades, canalizar sus anhelos y conquistar el poder para hacer “lo que más podemos”. La DC tiene que abrirse a recoger, discutir y compartir con los movimientos sociales, las comunidades, las organizaciones sindicales, estudiantiles, medioambientales.
Dejo planteado a ustedes OCHO atrevimientos para una discusión nacional:
Primero: una Reforma Tributaria de Verdad.
La insuficiencia de recursos para enfrentar los desafíos que hoy plantea la sociedad chilena y algunos problemas macroeconómicos que ha incubado el sistema vigente revelan que la nuestra no es una buena estructura tributaria. Podemos estimar que se necesita a lo menos US$ 10.500 millones adicionales para enfrentar deficiencias en educación, salud, pensiones e infraestructura. Resolver los problemas que existen hoy en el país y que son parte de la agenda que presento ante esta Junta, de manera sostenida y económicamente sustentable en el tiempo, requiere de recursos económicos.
El sistema es inequitativo ya que hace pagar más impuestos a las personas que viven de un sueldo que a aquellas cuyas rentas provienen de las inversiones, es decir, del capital o de actividades como el trabajo independiente. Es así que los empresarios pagan una tasa promedio de impuesto a la renta de 15%, en tanto que si tributaran como lo hacen los asalariados, su tasa media sería de aproximadamente 26%. La tasa de impuestos a las utilidades de las empresas (17% en régimen), al ser más baja que la tasa aplicable a las personas de altos ingresos (40% marginal), favorece la elusión por la vía de crear empresas. Además, como son los más ricos los que tienen las empresas más rentables, ellos logran eludir una parte importante de los impuestos que tendrían que pagar, elusión que realizan dejando las utilidades en las empresas y usando a las empresas para financiar gastos personales.
Por todas las razones antes señaladas, los aspectos básicos de nuestra propuesta son:
- Primero, hay que eliminar el sistema integrado de tributación (FUT), haciendo que las personas paguen impuestos por su participación en las utilidades de las empresas. Las empresas deben pagar impuestos como tales y la tasa tiene que subir de 17% a 25%. Esto es necesario porque el FUT es el instrumento que permite la acumulación desigual de riqueza en Chile. Segundo: eliminación de las múltiples exenciones y beneficios que reducen el pago de impuestos por ingresos derivados del capital.En tercer lugar, es necesario re-equilibrar la distribución entre impuestos directos e indirectos en favor de los primeros.
No puede ser, que los Gerentes paguen una proporción menor de sus ingresos que sus secretarias, como ocurre en Chile. Esto supone reducir el IVA a una tasa de un 10% a lo menos para alimentos y servicios básicos. Por último, es necesario racionalizar el actual sistema de impuestos a las rentas de recursos naturales y a las actividades contaminantes.}
Segundo: Un Auge para la Educación.
El costo de la educación y su calidad para lograr el salto al desarrollo humano son los problemas claves que debemos enfrentar. Así como nos atrevimos a garantizar derechos sociales en salud, para todos sin discriminación, debemos ser capaces de garantizarles a todos los hijos de esta patria, a las madres y padres de Chile, garantías reales y exigibles de acceso, protección financiera y calidad.
El sueño de un mejor futuro para sus hijos ha transformado ese hermoso anhelo en la angustia del financiamiento de la educación. Si camaradas, el sueño se ha transformado en pesadilla para miles de familias que deben pagar hasta la mitad de sus ingresos en la educación de sus hijos. ¿Y cómo vive una familia de esta manera? ¿Cómo paga la alimentación, el transporte, la posibilidad del disfrute? La deuda con la casa comercial, el crédito de consumo bancario, se ha transformado en la prisión de estas familias.
Por eso nuestro desafío es garantizar a todas las madres y padres de Chile que la sociedad cubrirá una educación de calidad para sus hijos. Creo en la educación pública y gratuita; creo también en el financiamiento público para la educación privada de calidad y sin lucro. Estos son los pilares de la transformación y hacia allá debemos destinar la inversión de los próximos años.
Tercero: Una salud sin lucro ni discriminaciones
El Sistema de Salud es un ejemplo categórico de la desigualdad. Las brechas entre el sistema público y el privado se van agrandando a pasos agigantados, convirtiéndose en una amenaza latente que más temprano que tarde va explotar, tal como hiciera el sistema educacional hace un año.
El 2011, el sistema ISAPRE, que beneficia a sólo el 16% de la población, manejó un presupuesto de más de MM$1.500—casi US$1.100 per capita— obteniendo utilidades sobre los $68.000 millones, un escandaloso 31,6% más que el 2010. En cambio el FONASA contó el mismo año con un presupuesto de MM$3.900 para atender al 75% de los chilenos, sólo US$625 per capita.
¿Es todo esto justo? Objetivamente NO.
El Norte que Chile debe seguir en Salud, es lograr un sistema de financiamiento que garantice la Solidaridad, de los que tienen más con los que tienen menos, de los más jóvenes con los más ancianos, de los hombres con las mujeres, de los más sanos con lo los más vulnerables; hay que terminar con la injusta segregación entre los usuarios de FONASA e ISAPRE. Para cumplir con este objetivo, nuestra propuesta considera la definición de un Plan de Salud Universal, cuya cobertura no hará distinciones por sexo, edad o capacidad de pago, y la creación de un Seguro Solidario de Salud, el que financiará el acceso al Plan de Salud Universal a todas las personas que vivan en Chile, terminando con las Isapres.
En definitiva, camaradas, salud sin lucro, al servicio de todas y todos, solidaria y protectora.
Cuarto: Las mujeres queremos y podemos más
Durante nuestros gobiernos, las mujeres progresamos, y bastante. Creamos el Sernam, terminamos con discriminaciones decimonónicas que existían en nuestra legislación, nos jugamos decididamente por apoyar la inserción de la mujer al mundo del trabajo, pero las mujeres queremos y podemos mucho más.
Porque hoy en Chile todavía entre hombres y mujeres no tenemos las mismas oportunidades, tampoco recibimos el mismo trato. Es decir, no somos un país plenamente civilizado.
Y yo aspiro camaradas a una sociedad, en donde, mi hija Valentina tenga las mismas oportunidades profesionales, económicas y sociales que mis hijos Juan Pablo y Juan Carlos. Que estoy segura es el deseo de todas las madres de Chile. Es el deseo, ni más ni menos, de la igualdad entre iguales.
Quinto: Las Regiones al poder
Nací, crecí y pasé toda mi niñez y juventud en Concepción, me declaro con orgullo penquista y regionalista. La energía que ha liberado Magallanes, Aysén, Calama, Freirina, Maule, nos debe hacer priorizar la agenda de la descentralización real. No daremos el salto al desarrollo si no permitimos desencadenar la creatividad y decisión regional, si seguimos tomando las decisiones entre La Moneda y la Dirección de Presupuestos del Ministerio de Hacienda.
Las regiones deben tener la oportunidad de elegir a todas sus autoridades; como así también definir una parte de sus tributos, el destino del gasto público regional, los mecanismos de incentivos y descincentivos para el desarrollo regional.
Estoy convencida que sin dejar de ser un Estado Unitario, debemos permitir desplegar todo el esfuerzo creativo de las regiones para permitir que vuelen más allá de lo que Santiago les permite. Y aquí una gran deuda: Reforma Municipal, camaradas las facultades y roles de nuestros Concejales, es necesario darles el rol que corresponde.
Sexto: Energía y Medio Ambiente Sostenible.
El nuevo contexto mundial nos obliga a plantear una nueva perspectiva: el mercado no es capaz de dar cuenta de un modelo de desarrollo energético adecuado. Debe ser la Sociedad, es decir Gobierno y Parlamento, y garantizando procesos de participación ciudadana efectiva, la que debería tomar acuerdos de largo plazo en relación a los objetivos que debería privilegiar nuestra política de desarrollo eléctrico.
Queremos una Planificación integrada de recursos, como lo hace California en Estados Unidos, que privilegie la eficiencia energética y las energías renovables no convencionales como primera prioridad.
Proponemos un 20/20/20: esto significa 20% de ahorro energético y 20% de Energías Renovables No Convencionales al año 2020. No quedaremos a oscuras, tenemos los recursos, las capacidades y el conocimiento para lograrlo. Los privados seguirán tomando las decisiones de inversión, pero no solo en base a sus perspectivas de ganancias, sino que en base al escenario de consenso de largo plazo que la sociedad ha definido para un desarrollo energético sostenible.
Ahora bien, la energía no es solo electricidad: Debemos transformar nuestra Empresa Nacional del Petróleo en una Empresa Nacional de Energía, cuya misión sea el desarrollo energético sostenible del país, que se haga cargo, por ejemplo de desarrollar una política nacional para el uso de la leña, la que representa cerca de un tercio del consumo energético del país y que hoy ahoga a ciudades como Rancagua, Talca, Temuco y Coyhaique.
Y finalmente, así como lo hicimos con Tomic y nuestros camaradas en la década del 60, debemos promover la creación de la Corporación Chilena del litio, que asegure los intereses de todos los chilenos por sobre el interés de unos pocos privados.
Siete: Un nuevo trato con los trabajadores.
Necesitamos darnos un nuevo marco legal para garantizar una relación justa y equilibrada entre los trabajadores y empleadores al interior de nuestras empresas. Seguimos con un Código del Trabajo que debilita la organización sindical y limita la negociación colectiva, perpetuándose así relaciones asimétricas en el mundo del trabajo.
Tenemos una deuda pendiente y ha llegado la hora de pagarla. Propongo poner en el centro de nuestras propuestas la promulgación de un nuevo Código de Trabajo.
Este desafío es impostergable si queremos corregir la desigualdad que se produce desde la economía y esto no es otra cosa que permitir un mejoramiento continuo de las remuneraciones en nuestra fuerza de trabajo, en caso contrario el esfuerzo desde la política social siempre será insuficiente para corregir la desigualdad estructural que nos acompaña a lo largo de nuestra historia.
Creemos que debemos trabajar por un nuevo pacto laboral, partiendo por un sueldo mínimo justo, el que debe subir por sobre la inflación, con metas de mediano plazo. Debemos hacer el esfuerzo por subir el sueldo mínimo a lo menos a los $250.000, mandatando para ello a nuestros parlamentarios
Ocho: Una nueva agenda para el desarrollo productivo y la sostenibilidad del crecimiento económico
Para ello, siguiendo el ejemplo de los países emergentes y del sudeste asiático, debemos asumir sin complejos la necesidad de que el Estado asuma un rol más activo en la economía. Estos países no creyeron en el mito neoliberal que supone que el mercado es el único capaz de crear riqueza y se dieron una política industrial con sentido estratégico y de largo plazo. Por lo demás, esto es lo que hizo Chile en el período comprendido entre los gobiernos radicales, con Pedro Aguirre Cerda y de la Revolución en Libertad con Eduardo Frei Montalva.
Para ello es necesario, reinstalar la política de clusters, instalar una banca para el desarrollo de las pymes, apostar a nuestro capital humano (más de tres millones de chilenos y chilenas no participan de nuestro mercado del trabajo estando en condiciones de hacerlo).
Esta propuesta de ocho puntos la denominamos el “Nuevo Norte”, nuestro objetivo es la Justicia Social y el desarrollo sostenible para Chile. Una sociedad que garantiza a todas las personas verdaderas oportunidades para crecer, estar sanos, educarse, disfrutar sus ciudades y medio ambiente, en definitiva ser felices.
Es ahora cuando
Los atrevimientos o desafíos que he planteado son de tal magnitud que requieren de urgencia y ser mirados integralmente. Freirina, Aysén, Calama…las miles de movilizaciones que Uds. conocen nos señalan que hay que mirar desde el territorio, de lo local y construir hacia arriba. Digámoslo bien claro: todas las fuerza en la Municipal, pero con un Norte definido: recuperar el liderazgo nacional. Se puede andar y masticar chicle a la vez, así de simple.
Nuestras urgencias
La primera gran urgencia del Partido es volver a ser la fuerza que lidere la construcción del Chile deseado. Para ello, necesitamos ideas y sueños que entusiasmen a nuestros compatriotas y vuelvan a creer en la política, para evitar caer en el individualismo y consumismo ramplón que nos empobrece como sociedad.
Si resolvemos esta urgencia, nuestro primer desafío que es ganar la elección Municipal será más alcanzable. Si los ciudadanos ven detrás de los candidatos y candidatas DC a un Partido con ideas y un proyecto de país socialmente inclusivo, entonces tendrán más razones para renovar la confianza en nosotros. No tengo ninguna duda camaradas que si volvemos a ser el Partido de Frei Montalva: el Partido que le ofrecería a Chile un sueño de cambio y un equipo humano unido con capacidad de ejecutarlo sin comprometer nuestra democracia, volveremos a ser la primera fuerza política del país. Frente a este desafío me comprometo a recorrer todo Chile si eso ayuda a que más camaradas sean electos alcaldes y concejales. Me pongo a disposición de la directiva nacional y de todos y cada uno de los y las militantes del Partido para apoyarlos frente al compromiso que tan generosamente han asumido de representarnos en el gobierno local.
Sin duda debemos el trabajo de alcaldes como Pedro Fernández, Claudio Orrego, Luis Mella, Claudio Arriagada, Patricio Contreras, Ana María Silva, Alberto Undurraga, Israel Urrutia, Jaime Bertín y tantos otros que nos enorgullecen, por construir nuevas comunidades y ciudades que buscan reflejar un espíritu comunitario, integrado, libre y a escala humana.
Nuestro segundo desafío vendrá inmediatamente después de esta elección municipal. Tendremos que renovar nuestra conducción partidaria en un momento difícil para el Partido. El desafío es doblemente complejo, pues tendremos que elegir una mesa que nos lleve con convicción y decisión a disputar, en el juego democrático, el liderazgo dentro de la Concertación y, por otra parte, no descuide la tarea de mejorar la institucionalidad partidaria para tener un Partido más fuerte y sólido. Todavía nos queda la última oportunidad para reactivar la Planificación Estratégica que acordamos implementar en una Junta pasada.
La elección presidencial
En 2005, Gabriel Valdés le envió una carta al Presidente del Partido, donde decía…“He aprendido de nuestro partido y de la historia de mi Patria que los grandes movimientos políticos, los que rompen la monotonía de la vida cotidiana de los pueblos, son aquellos capaces de dejarse conducir por la superioridad de un liderazgo, enarbolar un puñado de ideas y de convocar a millones. Eso es lo esencial. No podemos realizar una Junta Nacional más que presente un candidato presidencial sin que nuestro partido se mire a sí mismo, recuerde su razón de ser y se atreva a proclamar sus ideales encarnados en un verdadero líder político, una plataforma programática y un sueño de país..”
El país completo está demandando un cambio drástico de la política. La próxima elección presidencial no puede ser simplemente de liderazgos, nuestro deber ético y político es debatir sobre nuestra “nueva Revolución en Libertad”. Camaradas, la Democracia Cristiana no dejará de existir por la habilidad o los errores de los pactos que nuestros líderes hagan. Nuestro Partido morirá si no somos capaces de escuchar a este país, sus regiones, sus pescadores artesanales, sus emprendedores, las mujeres, los estudiantes. Por ello no podemos renunciar a tener nuestro propio liderazgo, que promueva y defienda una nueva agenda de transformaciones para el país. Por ello llamo a esta Junta a no renunciar a proponerle al país su propuesta de cambio. La Democracia Cristiana debe tener su candidatura presidencial, para medirse en primarias abiertas con los otros proyectos que forman parte de nuestra coalición.
Quiero finalizar con las simples y contundentes palabras que pronunció hace unos pocos meses desde Aysén, Iván Fuentes, hoy presente en esta Junta, a quien hemos escuchado y rendido homenaje de pie: “Hay que cambiar el Norte del pensamiento humano, aquí estamos en un mundo del consumismo, (…) la gente que tiene mucho quiere tener más, y los pobres nos distanciamos de los ricos, y los ricos se distancian de nosotros (…) hay que hacer de este Chile un mundo diferente. La gente que tiene plata tiene que ver que no puede llevársela toda para la casa, tiene que aprender a repartir”.
Con estas palabras sencillas, Iván Fuentes golpeó el corazón y la conciencia de los miles de chilenos y chilenas. Nos golpea porque es cierto, debemos cambiar nuestro Norte como sociedad, nuestro Norte como Partido, debemos comprometernos en la construcción de un nuevo Chile, un Chile justo y sustentable. Como nos ha dicho hoy Iván Fuentes un Chile con un Estado de cuerpo ancho y brazos largos, solidario, que alcance y proteja a todos los hijos e hijas de nuestra patria.